Alimentos de temporada: sanos para ti, sanos para el planeta

Sabores más intensos, mejores nutrientes, precio más económico y además, son más saludables para ti y para el planeta.

Y todo esto… ¿Por qué?
Los alimentos de temporada deben ser una prioridad en nuestra dieta. Incorporarlos en nuestro día a día trae consigo una cocina más natural que trabaja con ingredientes recién recolectados del campo en su punto justo de madurez.
De esta manera, los productos que comemos contienen más nutrientes, más fitonutrientes y por lo tanto, un mejor sabor.
Además, todos estos ingredientes están relacionados con el comercio de cercanía. Lo que quiere decir menos transportes y menos gasto de energía. O lo que es lo mismo: más salud para el medio ambiente.

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¿Qué beneficios puede tener comer productos de temporada para nuestra salud y para la del planeta?

Consumir alimentos de temporada significa tener una dieta más variada y por lo tanto, un sistema inmune más fuerte que nos ayudará a prevenir enfermedades y dolencias.
El hecho de ingerir diferentes nutrientes a lo largo del año fortalece nuestra salud porque equilibramos con cada nueva temporada lo que consumimos. De esta manera se consigue que no haya ni excesos ni déficits de nutrientes y fitonutrientes básicos.

Al planeta le pasa algo parecido. Necesita un equilibrio y mantener sus ciclos. Cultivar productos de verano en invierno o viceversa y sacar las cosechas de sus tiempos naturales se traduce en un impacto negativo enorme que produce lo que se conoce como ‘huella de carbono’.

Solo con comer alimentos de temporada ya estamos reduciendo la huella de carbono y el impacto negativo sobre el medio ambiente.

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Los protagonistas de mayo.

Mayo tiene una peculiaridad, y es que se juntan algunas de las frutas de invierno que están llegando a su fin con las primeras apariciones que trae el buen tiempo.

Se siguen encontrando frutas como la naranja tardía, pomelos, limones, piñas, fresas y fresones, frambuesas y plátanos.
Y otras que llegan como los albaricoques, los melocotones, las cerezas y las ciruelas.
Pero quizá, el gran protagonista por estacionalidad en este mes sea: ¡el níspero!
Falta poco para que los nísperos nos dejen por este año y ahora es el momento perfecto para disfrutar de ellos.
Pasa algo parecido con las verduras y las hortalizas. En mayo, los ajos tiernos, las zanahorias, los rabanitos y las habas aún gozan de buen momento para disfrutar de ellas.

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Una buena receta para una buena temporada.

Aquí va una receta equilibrada que ofrece lo mejor de ella en su mejor momento.

 

Pollo con frutas del bosque.

 

Ingredientes:

1 pollo.

Harina.

3 ajos.
1 zanahoria.
1 cebolla.
Frutos del bosque.
1 copa vino blanco.
1/2 l de caldo de verduras.
Picatostes.
Sal y pimienta blanca molida.

 

Preparación:

  1. Corta el pollo en trozos y añade sal y pimienta.
  2. Pasa los trozos de pollo por harina.
  3. Dora la carne, incorpora la verdura cortada y cuece todo 15 minutos.
  4. Añade el vino, deja que reduzca unos 5 minutos y agrega el caldo de verduras.
  5. Cuece otros quince minutos a fuego más lento. Después retira el pollo y pasa la salsa con los picatostes por la batidora.
  6. Devuelve la carne a la cazuela con las frutas y la salsa y termina cociendo todo cinco minutos más.

¡El pollo con frutas del bosque, está listo!

 

Cocinar con alimentos de temporada es barato, es saludable y es sostenible. Así que anímate a probar más recetas como esta y disfruta de una dieta de lo más equilibrada.

Calores alimenticios

Con la llegada del verano, llegan los cambios. Cambiamos de estación, cambiamos de ropa, cambiamos los lugares que visitamos e incluso cambiamos de alimentación. Y es que no es lo mismo comer una buena fabada en invierno, cuando el frío aprieta, que en una terraza a 40º. Y por supuesto al cambiar de alimentación, también cambiamos los alimentos que compramos en el supermercado, y es aquí donde llega el problema. ¿Dónde dejamos los alimentos? ¿Dentro? ¿Fuera? Y sobre todo ¿cuáles son los riesgos que puede causar el calor en los alimentos?
Todas estas preguntas las abordaremos en el post de esta semana, así que poned atención porque el verano y el calor pueden ser muy agradables pero también pueden ser muy traicioneros.

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Aquí os mostramos los consejos más importantes que deberemos tener en cuenta.
1) Algunos alimentos se deben conservar con mayor preferencia durante el verano. Las carnes picadas, los quesos blandos, las salsas, la nata montada, la mayonesa, los preparados con huevo, pescados y los mariscos son algunos de los alimentos con los que deberemos tener especial cuidado.
2) Los expertos indican que la mayoría de las infecciones se producen por la ingesta de productos que no se han refrigerado correctamente. Por eso, conviene consumir las comidas que contengan huevo (mayonesa, tortillas, pastelería) justo después de prepararlas para evitar la salmonelosis. También es importante evitar llevarlas a una excursión al campo o la playa.
3) Se debe evitar el pescado crudo o bien asegurarse que previamente ha sido congelado por debajo de los -18º C para evitar la contaminación por anisakis. A la hora de descongelarlo, hay que utilizar la nevera, el horno o el microondas, nunca dejarlo a temperatura ambiente puesto que con el calor los microorganismos se reproducen con facilidad. Lo mismo ocurre con el resto de alimentos congelados.
4) La comida cocinada tampoco debe dejarse a temperatura ambiente más de dos horas. Si la sobremesa se ha alargado con la comida aún sobre la mesa, es mejor tirar las sobras. Si se han guardado en el frigorífico a tiempo, se deben consumir antes de 3 días y calentarlas por completo antes de comerlas.
Para finalizar os dejamos una lista de los alimentos que más precaución deberemos guardar a la hora de consumir en nuestra dieta de verano.
1) Carnes de vacuno enteras y molidas insuficientemente cocinadas y servidas frías o a temperaturas tibias.
2) Pescados y mariscos crudos poco frescos e insuficientemente cocidos (ceviches crudos y sushi). Esto puede generar norovirus y hepatitis
3) Huevos y preparaciones a base de huevo fresco no pasteurizados (tortilla, pisco sour a la peruana, patatas rellenas o mayonesa casera).
4) Legumbres arroz y patatas mantenidas a temperatura ambiente y servidas con uno o más días y a temperaturas tibias.
5) Ensaladas de verduras y frutas procesadas a temperatura ambiente. Así como, zumo de frutas.
6) Lácteos y derivados de lácteos con pérdida de la cadena del frío. Incluyendo postres de leche mantenidos a temperatura ambiente.
7) Carnes y aves guisadas con salsa, con más de un día de preparación sin refrigerar y servidos a temperaturas menores a 60°C.
8) Helados con crema y de leche.
Así que ya sabéis, si vais a cambiar de dieta durante este verano, recordad los consejos alimenticios que os hemos dado. Y si sois de los que vais a seguir siendo fieles a la fabada a pesar del calor, seguid las mismas pautas para poder disfrutar de un buen verano.