Vuelve al cole y evita los piojos

Pediculosis capitis: vuelta al cole, ¿vuelta a los piojos?

Sí, con este nombre tan rarito es como se denomina de forma “culta” a la infestación de piojos en la cabeza o cuero cabelludo. Vamos, lo que comúnmente provoca bastante repelús a tantas madres y padres cuando sus hijos comienzan el nuevo curso escolar. Normalmente es el resultado de la transmisión directa de piojos entre el cabello de una persona a otra. En este caso, estos molestos bichitos van pasando de cabeza a cabeza de nuestros niños por contacto directo, claro.

Parece mentira que continúe siendo un pequeño problema de salud pública en la Europa del siglo XXI. Pero en contra de lo que en un primer momento se podría pensar, la aparición de piojos no se debe en absoluto a una falta de higiene personal o a un entorno de vida poco higiénico. Tiene su raíz en la convivencia que mantienen con nosotros estas criaturitas casi desde que el hombre es hombre. Porque los piojos han sabido adaptarse a la evolución del entorno de tal forma que nunca han estado en peligro de extinción. Igual que la Humanidad. Evolucionan y se fortalecen.

Pero aunque nos hayan acompañado desde siempre, tranquilidad. Cada vez es más fácil luchar contra ellos, a pesar de que cuando aparece el picor -el primer síntoma de contagio- este ya se ha producido, lo que hace que se retrase el diagnóstico y se facilite sobremanera su propagación. El picor es el síntoma más común -la reacción alérgica del cuerpo humano a la saliva del piojo- y que suele suceder de 2 a 6 semanas después de dicho contagio.

Recuerda también que en el cuero cabelludo los piojos son visibles al ojo humano, aunque difíciles de detectar. Y la presencia de liendres o huevos se concentra en el tallo del cabello.

El caso es que si ves que tu hijo se rasca constantemente la cabeza o dice que le pica mucho, lo primero que hay que hacer en cuanto los descubras (en paralelo a iniciar el tratamiento) es ponerlo en conocimiento de la profesora, guardería o colegio, y de padres y madres de sus compañeros. Porque al contagiarse de cabeza a cabeza, lo más lógico será que en la clase haya más afectados.

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En contra de la creencia popular, no vuelan ni saltan, simplemente son capaces de desplazarse muy rápidamente. Y también se contagian si los niños comparten gorros, peines, horquillas, cepillos, cojines, almohadas, bufandas, auriculares… O de forma indirecta entre prendas de vestir que se guarden juntas.

Dicho esto, mira bien en su nuca, detrás de las orejas y en la raíz de su cabello, ayudándote de una lendrera o peine para piojos, siempre con buena luz y utilizando una lupa.

A día de hoy, los tratamientos pediculicidas químicos -piretrinas y permetrinas especialmente- que encuentras en farmacias son bastante eficaces y presentan elevadas tasas de eliminación, tanto de los piojos como de las liendres. Normalmente consisten en lociones que se aplican durante 15 minutos con un gorro de plástico. Tras ellos debes aplicar un champú especial, aclarar bien el cabello con agua y pasar la lendrera. Después, no procedas nunca a secar el pelo con secador, déjalo que seque al aire.

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Es importante que tengas en cuenta que ningún tratamiento te garantizará la desaparición de los piojos al 100%, por lo que te recomiendo que realices un segundo tratamiento a los 7 o 10 días de haber hecho el primero.

Los especialistas advierten que si los resultados no son satisfactorios tras sucesivos tratamientos, conviene cambiar de producto e ir rotándolos. Y en caso de que te encuentres una resistencia excesiva o estés ante una infestación masiva, hay alternativas muy eficaces que solo las debe prescribir tu médico de cabecera. Acude a él.

¿Y qué pasa con los remedios de la abuela o caseros, me preguntarás? Todo un clásico como el vinagre requiere que lo utilices en concentraciones muy elevadas para tener cierta eficacia. El problema que puedes surgir es que cause irritación en la cabecita de tu hijo. Sin embargo, sí que resulta muy útil para facilitar el desprendimiento de las liendres. Y sobre tratamientos naturales como el árbol de té, vaselina o el aceite de coco, son menos eficaces que los productos químicos.

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En cualquier caso, no te agobies. Prevenir el contagio en niños que acuden a guarderías y colegios es bastante difícil, puesto que hay mucho contacto cercano entre ellos. Los piojos no transmiten ninguna enfermedad y con calma, paciencia y constancia la vuelta al cole se vuelve de lo más normal.