Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo

Nuestra lengua rebosa desde hace cientos de años de esas expresiones populares llamadas refranes, cuyo significado no tiene mucho o nada que ver con las palabras que las forman. Refranes que se nos estampan en la cabeza como melodías y letras de canciones pegadizas.

Pero, ¿de dónde vienen en realidad estos refranes? ¿cuál es la historia que hay detrás de éstos? Y sobre todo y lo más importante ¿qué significan cada uno de ellos?

Esta última semana de mayo, aprovecharemos el refrán “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo” para explicar no solo el significado de este refrán, sino también el origen del refranero español.

“Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”

En primer lugar, aclararemos que entendemos como “sayo” a las túnicas holgadas, o incluso ceñidas, y así como a cierto tipo de casaca larga y con botones que solían llevar los aldeanos.

En segundo lugar, el tema que hay detrás de este refrán es la meteorología.  Se trata de un refrán que se utilizaba en aquellos meses de junio en los que todavía hacía algo de frío. El cuarenta de mayo constituye una forma de aludir al diez de junio. Y lo que dice el refrán es que es mejor permanecer bien abrigado hasta estar seguro de que ha desaparecido por completo el frío.

 

EL REFRANERO ESPAÑOL

Cuando hablamos del refranero español, nos referimos a la colección de enunciados breves sentenciosos populares. Este repertorio es el que constituye el compendio de la sabiduría de un pueblo, y es por eso que muchas veces lo llamamos el refranero popular.

Es importante saber que los refraneros se suelen clasificar por zonas geográficas, lenguas o temáticas, por lo que depende de donde seáis, quizá vuestra forma de decir un refrán sea diferente.

Pero ¿sabéis de qué época vienen los refranes? Pues a pesar de que no se sabe con exactitud, lo que sí sabemos es que Miguel de Cervantes fue uno de los primeros en atreverse con la definición de un refrán en su obra Don Quijote de la Mancha, en la que se refirió a éstos como “sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios”.

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Después llegaría la primera colección conocida de refranes que se le atribuye a Iñigo López de Mendoza bajo el título “Refranes que dizen las viejas tras el fuego”. Desde entonces muchas han sido las publicaciones, manuscritos e incluso libros que han salido sobre nuestro refranero.

 

Como habréis podido comprobar, a día de hoy todavía no sabemos con exactitud de dónde vienen exactamente nuestros refranes, ni quienes fueron los primeros en utilizarlos. Por lo que resulta aún más difícil saber muchas veces si el significado de éstos es el que se supone que nos han vendido. Pero lo que si sabemos con seguridad es que la gran mayoría de nosotros los utilizamos en el día a día, y que al igual que la gastronomía, los pueblos, o las costumbres, forman parte de la historia de nuestro país. Así que citémoslos con orgullo.

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