Si no han llegado todavía, ya no os faltará nada para ¡las tan ansiadas vacaciones de verano! Pero seguro que a muchos de vosotros os pasa, que en ocasiones los días de descanso no consiguen relajar a quienes los disfrutan, ya que un elevado porcentaje de personas no logran desconectar durante esos paréntesis de relax que deberían ser las vacaciones. Y es que el periodo vacacional puede llegar a ser agotador para las personas que se llevan en la maleta las tensiones y las obligaciones de la vida cotidiana con el resultado de regresar de vacaciones con más estrés que cuando las comenzaron.
Se trata de un padecimiento conocido como estrés vacacional o bajón de las vacaciones. Se trata de un proceso que debe prevenirse, ya que si no, puede ocasionar serios trastornos tanto en la salud física como mental del individuo.
En el artículo de hoy expondremos una serie de mecanismos preventivos a modo de recomendaciones para combatir este tipo de estrés.
Empezaremos dando un pequeño dato, y es que en la gran mayoría de las ocasiones, las vacaciones ideales no existen. Precisamente por ello, deberíamos intentar que no se conviertan en una pesadilla que agote al organismo en lugar de relajarlo. Para lo que no ayudan las nuevas tecnologías ni a quienes no saben desconectar ni son capaces de apagar unos días sus teléfonos móviles o dejar en casa el ordenador.
Aquí os dejamos unos cuantos consejos que deberéis seguir si queréis evitar el estrés de las vacaciones.
-No crearse expectativas difíciles de cumplir y marcarse sólo objetivos reales, tanto a nivel personal como a nivel familiar, dejando un amplio margen de tolerancia para los imprevistos.
-Programar las vacaciones con antelación suficiente ya que, prepararlo todo en el último momento, genera un estrés innecesario que marca negativamente el inicio vacacional. Hay que programar planes flexibles sin imponerse rígidos itinerarios y dejando un margen para el ocio.
-Tomar periodos más cortos de vacaciones (máximo dos semanas) y repartirlos en diferentes épocas del año. El descanso que se obtiene es prácticamente el mismo que en periodos largos, pero no así el riesgo de un síndrome post-vacacional (irritabilidad, cansancio, falta de motivación, posible depresión) que es mayor cuanto más duraderas son las vacaciones.
-Cuando la falta de recursos económicos supone un hándicap, realizar escapadas breves en las que se haga algo distinto a lo habitual. Esto puede llegar a suplir, casi por completo, unas largas vacaciones.
-Tratar de quedarse unos días antes y después de las vacaciones en el propio hogar para adaptarse mejor a los nuevos ritmos.
-Decir no al reloj y a los horarios. Lo ideal es no estar pendiente del correo electrónico ni de las redes sociales y utilizar lo menos posible los teléfonos móviles, las tablets y los ordenadores.
-Dejar en casa todo aquello que no sea imprescindible o que recuerde a la actividad laboral, tanto la agenda como, incluso, el estilo de ropa que se viste en el trabajo.
-Delegar tareas y concluir todas las actividades pendientes antes de iniciar las vacaciones. Una vez inmersos en el periodo de descanso, deberá interiorizarse la idea de que nadie es imprescindible.
-Llevar una vida sana: una dieta equilibrada, ejercicio físico y descansar adecuadamente.
Seguro que todos estáis ansiosos esperando vuestras vacaciones, pero recordad que es eso precisamente lo que debéis controlar. Dejad a un lado la ansiedad y el estrés y seguid los consejos que os acabamos de dar porque, así es como podréis disfrutar de unas buenas vacaciones.