Hoy es el Día mundial de las ciudades, así que es una buena oportunidad para hablar de cómo mejorar la vida en las ciudades para intentar que sean lo más sostenibles posible para poder luchar contra los principales problemas que afectan al mundo: La superpoblación del planeta, el consumo desmedido, la escasez de recursos naturales como el agua y la energía, la contaminación y la desigualdad social.
La mitad de la humanidad, esto es, unos 3.500 millones de personas, viven actualmente en ciudades, y esta cifra seguirá en aumento. Dado que para la mayoría de personas el futuro será urbano, las soluciones a algunos de los principales problemas a que se enfrentan los seres humanos —la pobreza, el cambio climático, la asistencia sanitaria y la educación— deben encontrarse en la vida de la ciudad. Por eso necesitamos ciudades sostenibles.
Si nos referimos a una ciudad sostenible, hablamos de una que ofrece una calidad de vida a sus habitantes sin poner en riesgo los recursos naturales del planeta, ya que tiene en cuenta el bienestar de la humanidad no solo actual sino también futura. Por esta razón, uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas es lograr que las ciudades y comunidades sean sostenibles.
Así que partiendo de la base que lo sostenible es aquello que se abastece a sí mismo y garantiza su continuidad en el tiempo, se traslada a las ciudades de manera que promueve que estas se desarrollen bajo criterios ecológicos y de igualdad social, llegando al equilibrio entre desarrollo y bienestar.
Estas son las claves de una ciudad sostenible y algunas ideas de qué podemos hacer para promoverlas:
1) Acceso a recursos públicos básicos
La ciudad sostenible garantiza a sus habitantes educación de calidad, centros de salud adecuados, transporte público accesible, recogida de basuras, seguridad y buena calidad del aire, entre otros aspectos. Es decir, aquello que es indispensable para su supervivencia.
2) Acciones de renovación urbana
La renovación del espacio público es fundamental. Esto implica adaptación de calles, plazas, parques y del espacio urbano en general. También supone la conservación del patrimonio cultural y su incorporación a la ciudad moderna. La ciudad sostenible está integrada, nunca aislada ni jerarquizada. Como la iniciativa Smart Blocks, que ayuda a las personas propietarias y gestoras a mejorar la eficiencia energética de las zonas comunes y disminuir el consumo lo máximo posible.
3) Reducción de emisiones de CO2
La reducción de CO2 y de otros gases perjudiciales para la capa de ozono es uno de los indicadores más significativos a la hora de valorar el compromiso medioambiental de una ciudad. Esto se logra con el uso de energías renovables, una buena oferta de medios alternativos de transporte (bicicletas, trenes y autobuses eléctricos, etc.) y la adaptación de viviendas que promuevan el ahorro de agua y de energía.
4) Favorecer el Comercio Justo
Las ciudades sostenibles se oponen al consumo desmedido. En cambio, impulsan otros modelos de Comercio Justo que fomenten la compra local y las redes de personas productoras respetuosas con el medio ambiente y para el planeta.
5) Las 3 RRRs: reducir, reutilizar y reciclar
Las personas gestoras de la ciudad sostenible deben poner en marcha acciones pedagógicas para concienciar sobre la importancia del reciclaje y el consumo responsable. Esto evitará el uso desmedido de los recursos naturales de los que se dispone en entornos cercanos y dará pie a la creación de redes de solidaridad entre sus habitantes, algo que se enmarca dentro de las iniciativas de ciudadanía global. Desde tu hogar, tu familia y tú, también podéis hacer mucho al respecto.
Además, según las Naciones Unidas, puedes participar activamente en la gobernanza y la gestión de tu ciudad, tomar nota de lo que funciona y de lo que no funciona en tu comunidad: abogar por el tipo de ciudad que, a tu juicio, necesitas. Puedes desarrollar y proponer una visión de futuro para tu edificio, calle y vecindario y actuar conforme a la misma. ¿Hay suficientes puestos de trabajo? ¿Tienes fácil acceso a asistencia sanitaria? ¿Pueden tus hijos ir andando a la escuela de forma segura? ¿Puedes ir a dar un paseo por la noche con tu familia? ¿A qué distancia está el transporte público más cercano? ¿Cómo es la calidad del aire? ¿Cómo son los espacios públicos? Cuanto mejores sean las condiciones que crees en tu comunidad, mayor será el efecto sobre la calidad de vida.