El reconocimiento por el nacimiento del diseño de interiores se otorga con mayor frecuencia a los antiguos egipcios, que decoraron sus humildes chozas de barro con muebles simples realzados con pieles de animales o textiles, así como murales, esculturas y jarrones pintados. Hermosos adornos de oro encontrados en tumbas egipcias (como la del rey Tutankamón) revelaron la importancia de una decoración más lujosa para los egipcios más ricos y poderosos.
Las civilizaciones de Roma y Grecia se basaron en el arte egipcio de la decoración de interiores y accesorios. Estas dos culturas celebraron el orgullo cívico desarrollando edificios públicos con techo abovedado. En el hogar, los elaborados muebles de madera griegos tenían adornos de marfil y plata. Los romanos pusieron especial énfasis en combinar belleza y comodidad, y los interiores de las casas reflejaron riqueza y estatus. Los muebles romanos de piedra, madera o bronce estaban acentuados por cojines y tapices. Tanto los romanos como los griegos usaban jarrones, pisos de mosaico y pinturas murales o frescos para embellecer los espacios interiores.
No obstante, desde principios del siglo XIX en Europa y América, comenzó también una tendencia de mayor libertad y eclecticismo en el diseño de interiores. Durante los próximos dos siglos, una serie de estilos de diseño de interiores innovadores y modernos entrarían y estarían de moda, incluyendo Art Deco, Art Nouveau, el aspecto minimalista y el estilo industrial Bauhaus. Otra tendencia del siglo XIX fue la popularización del diseño de interiores. Si bien una vez reservado para los palacios reales o las casas de ciudadanos ricos, el diseño de interiores en el siglo XIX empezó a llegar a las masas.
Para el siglo XX, la presencia casi universal de electrodomésticos como estufas, lavadoras, televisores y teléfonos produjo un nuevo desafío para los diseñadores de interiores, que planificaban espacios no solo con fines estéticos, sino también para la funcionalidad.
El siglo XXI ya nos ha dado algunas tendencias de diseño increíbles. Algunos han tenido más impacto que otros y, con razón, han sido juzgados como clásicos modernos.
Lo bueno de vivir en este siglo es que ahora podemos coger todas esas referencias y adaptar nuestro hogar al estilo que más nos guste. Aunque es verdad que las superficies comerciales que venden muebles no siempre venden todos los estilos y que las tiendas especializadas en diseño de interiores son algo más caras.
Pero siempre podemos tomarnos la decoración de nuestra casa con calma, ir buscando cada elemento en varios sitios y esperar a encontrar el adecuado para comprarlo. Por eso, hoy en día hay tantas y tantas casas diferentes.
El campo del diseño de interiores ha recorrido un largo camino desde los días de barro y ladrillo de los antiguos egipcios. Los diseñadores de hoy tienen acceso a materiales sintéticos y artificiales, y pueden recurrir a las influencias de generaciones pasadas mientras se esfuerzan continuamente por crear nuevas tendencias de diseño.
Nosotros creemos firmemente que una casa limpia y ordenada en la que nos sintamos a gusto, es decir, que esté a nuestro estilo y la sintamos como hogar; es imprescindible para vivir de una manera algo más feliz. “Tu casa es muy tú” refleja un espíritu que nos representa.