La primera regla de la fotografía es tratar de no preguntarle a un fotógrafo qué cámara está usando. Especialmente si eso es lo primero que preguntas. Por hacer una comparación, sería como preguntar a Picasso o Van Gogh por las marcas de los pinceles y pinturas que han usado. Las herramientas son una cosa, pero la técnica y el dominio son los parámetros que deberíamos preguntar primero.
Puede resultar mucho más interesante preguntar acerca de los engranajes del equipo fotográfico: algunos modelos son mejores que otros de alguna manera y la forma de procesar las fotos es diferente en cada caso. El encuadre, los estilos, las técnicas… incluyen mucho más en el resultado final y son factores mucho más importantes que la cámara que usan.
El trio dorado se basa en que solo tienes que saber de memoria tres cosas para dominar completamente tu equipo. Claro, tu cámara es tu herramienta, pero estos tres son tus mejores amigos para ayudarte a sacar las mejores fotos:
- Los niveles ISO: para sensibilidad a la luz. Controla tu exposición a la luz.
- La velocidad de obturación: para desenfoque
- La apertura: para la profundidad
En primer lugar, te recomendamos mantener los niveles ISO al mínimo. Porque el valor ISO define la exposición y sensibilidad a la luz. Un entorno oscuro necesita un mayor nivel de ISO para obtener una imagen más clara. Para entornos brillantes, querrás limitar la luz que ingresa a tus sensores con un ISO más bajo.
Una vez hayas determinado qué nivel ISO usar, mantén ese nivel para que sea consistente con la nitidez y la claridad. Sería mejor (y mucho más fácil) simplemente ajustar la perilla de velocidad de obturación al disparar que el nivel ISO. La velocidad del obturador determinará cuánto tiempo le permitiría a la cámara absorber la luz; a más tiempo, más luz y fotos más brillantes.
Quizás el más confuso de los tres sea la apertura. Cuanto más grande sea la apertura (número de f-stop más pequeño), más borroso se volverá el fondo. Dicho esto, f1.4 es una apertura más grande que f5.6. Los valores van al revés.
Eso sí, siempre nos quedará la edición de nuestras fotografías si algo no ha quedado plasmado como queríamos. El estilo y el trabajo realizado en la edición son tan importantes como la imagen misma para un fotógrafo. Por eso es muy importante encontrar la medida adecuada para nuestras fotos.
Por último, ¡no pares de disparar! Haz tantas fotos como te sea posible. La fotografía es una oportunidad. Haz muchas, muchas fotos hasta encontrar el momento perfecto. Igual tendrás que hacer 20 iguales para que haya una que te guste. Sigue haciendo muchas y publícalas, encuentra tu estilo, tu tema y no pierdas las ganas. Si hay alguna que te guste especialmente, imprímela a gran formato para que las visitas de tu casa te pregunten por ello, porque exponer tus fotografías te hace consciente de tus fortalezas y debilidades.
Estas técnicas no son reglas. No es necesario que las sigas para hacer fotos increíbles. Lo más importante es que sepas cómo usar tu cámara, sus técnicas y cuándo aplicarlas en cada situación. Explora cómo te gustaría disparar. Los grandes fotógrafos necesitan tiempo y práctica, como la mayoría de las formas de arte.
Una vez que encuentres la configuración con la que te sientas cómodo, enmarcar la próxima gran imagen será algo natural.