Ha llegado. Ya está aquí. Ese viernes del año que todo el mundo espera con ansia. Y muchos diréis: yo espero cada viernes con ansia. Sí, pero es que este viernes es el negro. Ese viernes en el que los precios son mucho más baratos, o ¿no?
En el post de esta semana os hablaremos sobre el viernes negro, más conocido “Black Friday”, su historia y las curiosidades que rodean a este día tan americano y señalado en el calendario.
El viernes negro es el día que da comienzo a la temporada de compras navideñas en la mayoría de tiendas grandes y medianas. Y siempre se celebra el día después de Acción de Gracias, es decir, el día siguiente al cuarto jueves del mes de noviembre. Pero en los últimos años, además, un día nuevo ha aparecido en escena. Y es que, para los más compradores, también existe el “ciberlunes”, que se celebra el lunes después al viernes negro y que está dedicado a los grandes descuentos que se realizan a las compras por internet.
En cuanto a la historia de este día, su origen está en Filadelfia. Allí se utilizaba para describir la gran cantidad de gente y de vehículos que se amontonaban en las tiendas y en las calles el día después de Acción de Gracias. Este término comenzó a utilizarse en 1961 entre los oficiales estadounidenses encargados de regular el tráfico.
Según una explicación alternativa, el término “negro” comenzó a utilizarse cuando las cuentas de los comercios pasaron de estar en números rojos a números negros gracias al superávit que provocaron las compras de este viernes. Y es que desde 2005, el viernes negro es el día del año con mayores ventas. De hecho, en el último año, más de 140 millones de personas compraron el viernes después de Acción de Gracias en Estados Unidos, llegando a gastar más de 50.000 millones de dólares.
Sin embargo, hay quienes también ven este día como un engaño. Se ha dado el caso de algunos establecimientos que suben los precios un día antes del Black Friday, para después el viernes negro poner el precio que ya había anteriormente y decir que han rebajado muchísimo sus productos. Malas prácticas que se han utilizado alguna vez para sacar provecho.
Así que ya sabéis, pensad si lo que vais a comprar tiene mejor precio que el que ya tenía anteriormente, y ya de paso, si lo que vais a comprar lo necesitáis realmente o es más bien, un capricho. ¡Consumid con cabeza!