Seguro que a muchos de vosotros os han llamado la atención alguna vez por pasar demasiado tiempo delante del televisor. Y es que en España pasamos una media de 4 horas al día delante de la televisión. ¿Qué tiene esta de especial? ¿desde cuándo existe la TV? ¿seríais capaces de vivir sin ella?
En el post de esta semana hablaremos sobre lo que llaman la “caja tonta”. Ese invento que para muchos es una distracción y que para otros es su instrumento de trabajo e incluso su objeto más preciado.
Para hablar sobre el primer televisor tenemos que remontarnos atrás más de un siglo. Era el año 1800 cuando varios investigadores y científicos comenzaron a experimentar sobre la transmisión de imágenes. Pero ¿quién fue realmente el inventor? Pues como suele ocurrir en estos casos, no está nada claro. El que lo patentó fue un ruso-americano llamado Vladimir Zworykin en 1923, pero el que consiguió la primera imagen fue Philo Farnsworth, en Utah en 1927. ¿A quién se lo atribuimos?
En cuanto a la primera transmisión, parece que está algo más clara. En 1939, nada menos que el discurso presidencial de Roosvelt fue transmitido por primera vez para los americanos. El éxito fue tal, que los televisores comenzaron a fabricarse de forma masiva. De hecho, para 1948 más de un millón de hogares contaban con uno en sus hogares. Lo mismo ocurrió en Europa, cuando en 1963, el discurso del General Charles De Gaulle fue retransmitido en directo para todo el país francés.
Tanto la primera televisión como la primera transmisión televisiva fueron en blanco y negro. No fue hasta 1946 cuando llegó la televisión a color. Fue de la mano de Peter Goldmark, un húngaro nacionalizado estadounidense, que consiguió crear un sistema que producía las imágenes en color a través de una serie de filtros de colores, rojo, verde y azul. La presentación tuvo lugar en Atlantic City y tal fue el shock que varios de los asistentes se desmallaron.
Pero en 1981, llegaría el avance definitivo. Al menos, el que muchos de vosotros habréis vivido. Fue en este año cuando se presentó la televisión digital. La calidad de imagen paso a ser infinitamente mejor y el sonido muy superior también al de la televisión tradicional. Además, apareció también la pantalla ancha panorámica conocida como widescreen que daba la opción de ver imágenes en 16:9, un formato muy parecido al de las pantallas de cine.
Con el tiempo, han aparecido el HD, el FULL HD y hasta el 4K, y es tal la velocidad de mejora, que dentro de poco no sabremos si lo que vemos en pantalla es ficción o la vida real. Hasta entonces disfrutemos, con medida eso sí, de la famosa caja tonta.