Durante el calor extremo, es fácil deshidratarse o que nuestro cuerpo se sobrecaliente. Si esto sucede, puedes llegar a desarrollar calambres, agotamiento o, incluso, insolación. El golpe de calor es una emergencia médica que puede provocar daños permanentes en nuestros órganos vitales, así como empeorar las condiciones de salud existentes. Por eso, es tan importante que nos cuidemos del calor igual que del frío.
La mejor manera de sobrevivir a este es planificar con antelación los días bochornosos y saber qué hacer cuando sucede un golpe de calor. El clima cálido puede afectar a cualquier persona, incluidos a los más jóvenes y saludables. Sin embargo, algunas personas están en mayor riesgo que otras.
Así pues, hemos recogido las recomendaciones más importantes que seguir para lidiar con el calor extremo si no tienes la suerte de estar de vacaciones en remojo en alguna playa o piscina.
Lo más importante es mantenernos hidratados: beber mucha agua (incluso si no tienes sed) y mantenernos frescos, ya sea usando toallas húmedas, colocando los pies en agua fría o tomando duchas fresquitas (no congeladas).
Intentemos pasar el mayor tiempo posible en edificios frescos o con aire acondicionado. Dentro de casa, bloqueemos el sol durante el día cerrando cortinas y persianas, e intentemos abrir las ventanas cuando haya una brisa fresca.
Lo mismo cuando salimos a la calle. Mantengámonos alejados del sol durante la parte más calurosa del día. Si tienes que salir, usa un sombrero y protector solar, y busca siempre la sombra entre edificios. Pero siempre que puedas, cancela planes en las horas de más calor para evitar exponerte al sol directamente.
También deberíamos evitar actividades pesadas como el deporte y la jardinería a estas horas del día. El calor y el deporte o la actividad física (ejercicio) pueden ser una combinación peligrosa. El golpe de calor ocurre cuando el sudor no puede evaporarse lo suficientemente rápido como para mantener el cuerpo lo suficientemente frío. Cuando hagas deporte, sea la hora que sea, recuerda beber mucho líquido, tomar descansos frecuentes y, sobre todo, evitar grandes esfuerzos durante la parte más calurosa del día.
En cuanto a la vestimenta, se recomienda usar ropa holgada de colores claros hecha de fibras naturales como algodón y lino.
La alimentación también es importante. Recomendamos comer comidas ligeras con más frecuencia y platos fríos como ensaladas. Eso sí, asegurándonos que los alimentos que necesitan refrigeración están almacenados adecuadamente y siguiendo las prácticas alimentarias seguras para evitar enfermedades.
El estrés por calor puede afectar más a las personas mayores. Las personas a partir de 65 años pueden tener un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el calor y necesitan cuidados especiales en climas cálidos. Los factores que pueden aumentar el riesgo de una persona incluyen vivir solo, problemas médicos crónicos y ciertos medicamentos.
Los bebés y los niños pequeños deben ser observados cuidadosamente durante el calor extremo. Pueden perder rápidamente fluidos corporales a través de la transpiración, lo que puede conducir a la deshidratación. Necesitan beber regularmente, usar ropa ligera y mantenerse frescos.
Eso sí, siempre deberíamos estar atentos a las noticias para saber cuál es el pronóstico de temperaturas en nuestra localidad. Recordad beber mucha agua y… ¡a disfrutar del veranito!