¡Ya están aquí las vacaciones! Aunque este año sean un poco atípicas queremos hablar sobre recomendaciones más allá de las que ya hemos mencionado en cuanto a seguridad. Porque las vacaciones también pueden ser un poco agobiantes sobre todo después de haber estado tanto tiempo confinados, así que traemos unos consejos para que tus vacaciones sean lo mejor posible.
Primero de todo, se recomienda que te hagas la prueba del virus para asegurarte de que no eres portador. Cualquier persona que muestre signos leves de enfermedad y no pueda proporcionar un informe que demuestre que no está infectado no puede viajar. Tu historial médico es tu mejor amigo en estas circunstancias, asegúrate de tener toda la documentación necesaria para demostrar que no te ha enfrentado a una enfermedad que pueda indicar que eres portador del virus.
Prepara todas las cosas necesarias que necesitas para garantizar una higiene excepcional. Llévate guantes, toallitas con alcohol y desinfectante para manos, y ¡ay la mascarilla!. Lleva un montón de palillos de dientes mientras viajas y úsalos para presionar los botones del ascensor o del cajero automático sin tocarlos. Mete tus dispositivos en bolsas para que en los controles de seguridad no toquen ninguna superficie. Usa regularmente tu desinfectante cuando no estés usando guantes y evita pasárselo a otras personas para evitar contagios.
Y además de todo esto, recuerda las pautas fundamentales emitidas para garantizar tu seguridad: mantén una distancia de seguridad de aproximadamente dos metros: en los restaurantes en la playa, en las tiendas, en los bares, en las discotecas… Y no camines por lugares abarrotados. Lávate las manos regularmente siempre que tengas la oportunidad.
Si cumples todos estos requisitos entra el siguiente dilema: ¡¡tienes muchas cosas que quieres hacer!!
¡Demasiados planes! Sentirse agobiado, estresado o abrumado puede contribuir a que las vacaciones no tengan el resultado que queremos. Si necesitas un tiempo de inactividad, o un tiempo lejos de la gente para relajarte, está bien y es parte del cuidado personal. Puedes cogerte una cabaña en el bosque algo aislada para meditar o una casita en la playa en la que pasar las
¡¡Y tantas cosas que comer!!. Tira de fruta, comidas ligeras, verduras, helados de hielo y respeta siempre las horas de digestión de tu cuerpo. Es muy importante escuchar a nuestro cuerpo, sino de repente nos vemos en la playa sintiéndonos hinchados porque no hemos dejado de comer pescaíto frito desde que llegamos hace 5 días.
Si sueles ir a muchas fiestas, come antes de ir para poder disfrutar allí, no confíes en comer en un ambiente donde sabes que no te sentirás cómodo. Intenta relacionarte y conocer a personas que probablemente te abran horizontes del sitio al que has ido de vacaciones. No hay reglas sobre cuánto tiempo tienes que quedarte en una fiesta. Si te aburres, está bien que te vayas. Así al día siguiente lo aprovechas.
Y, por supuesto, lo mejor de las vacaciones es aprender a dejarnos llevar por los planes que surgen naturalmente, las oportunidades, los nuevos amigos, el conocer nuevos lugares y descubrir nuevos platos y sabores. Porque si eres de los de “a la aventura” las vacaciones seguramente sean tu momento favorito del año, aunque siempre con ojo, que hay que descansar algo.