¿Ya te ha deprimido el final del período de vacaciones? Todo es cuestión de actitud.
En esta época del año, la mayoría de la gente ha disfrutado de al menos un poco de tiempo libre en el trabajo, entonces, ¿por qué tantos de nosotros caminamos por los pasillos de la oficina tristes, perdidos y lamentándonos?
La tristeza posterior a las vacaciones podría no ser (todavía) un síndrome reconocido, pero es algo que se acentúa los primeros días después de un descanso.
En las vacaciones, las personas se dedican a muchas más actividades placenteras de lo que lo hacemos en los días de rutina, entonces, cuando dejas de hacer estas cosas, lo notamos.
Pero no te desesperes. La tristeza posterior a las vacaciones no durará hasta tus próximas vacaciones. La mayoría de las veces son solo un período de ajuste mientras te vuelves a familiarizar con tu existencia cotidiana. Pero hasta entonces no hay necesidad de sentirse resignado a una vida que no te haga feliz ya que la mayoría de la gente se pone triste porque viven solo durante las vacaciones y eso no puede ser.
¿Qué te proponemos? Lo mejor de volver es que tienes la oportunidad de abandonar un viejo hábito y tener la energía para construir uno nuevo: una nueva forma de pensar, una nueva habilidad, algo que tal vez quieras aprender o comprometerte con algo, no tiene que ser nada grande, ¿igual empezar spinning?
Otra recomendación es que empieces con un nuevo enfoque tan pronto como aterrices en el aeropuerto “puedo cambiar las cosas” Porque volver de vacaciones debería implicar volver con las pilas cargadas, sino algo no has hecho bien.
Las vacaciones, especialmente las de Navidad y Año Nuevo, a menudo implican mucha fiesta y socialización, lo que inevitablemente significa comer y beber más de lo normal, generalmente más de lo que es saludable, pero en verano, en teoría, nos cuidamos, comemos ligerito y nos las tomamos más de relax.
Otra recomendación se basa en las pautas más esenciales: cuídate, duerme lo suficiente, come bien y bebe con moderación. Y haz ejercicio: incluso una corta caminata por la ciudad ayuda. Si haces ejercicio, incluso durante 15-20 minutos, tres veces por semana, aumentas las endorfinas y consigues esa sensación de calma que ayuda a llevar la vuelta.
Si no, si eres de los afortunados, siempre puedes empezar a reservar las próximas vacaciones y empezar a organizarte la ruta, los sitios donde comer, los monumentos que visitar. Pero si pones todo ese esfuerzo en soñar con tus vacaciones, puedes poner un poco en soñar con tu realidad.