Cada vez son más las personas preocupadas por el medioambiente. Y dentro del cuidado de nuestro planeta es importante el uso responsable que hagamos a la hora de transportarnos de un lado a otro. Por eso, cada vez son más las personas que optan por los coches eléctricos y, sobre todo, las bicicletas.
En el post de hoy os hablaremos de ese medio de transporte que cada vez más y más personas utilizan, y que, además de ser bueno para el medioambiente, también lo es para mantenernos en forma.
En los últimos años, parece que hay un boom del uso de las bicicletas como medio de transporte en las grandes ciudades. Incluso en algunas poco preparadas para este medio de transporte ecológico, como Madrid. Los ciudadanos reivindican una forma de movilidad más sostenible y que no contamine. Pero la bicicleta tiene una larga historia, que ha pasado por diferentes etapas, en algunas de las cuales era un objeto imprescindible para el desarrollo de las comunidades.
La primera bicicleta
Hasta llegar al primer modelo moderno, el diseño pasó por varias fases. La primera bicicleta, fabricada con madera, se llamaba draisina porque la inventó Karl Drais en 1817. No tenía pedales y había que empujarla con los pies en el suelo. Un herrero escocés llamado Kirkpatrick Macmillan creó la primera máquina con pedales y dos ruedas en 1839. Sin embargo, esta rudimentaria bicicleta aún no tenía correa de transmisión.
La perfección de la bicicleta
En 1861, al francés Ernest Michaux se le ocurrió una original mejora que consistía en ubicar los pedales en la rueda delantera. No triunfó porque se necesitaba mucho equilibrio para manejarla, pero la idea de los pedales conectados a la rueda abrió el camino para llegar a la bicicleta tal y como la usamos actualmente. Para resolver el problema de la falta de equilibrio, en 1873, un inventor inglés llamado James Starley propuso una máquina con la rueda delantera mucho más grande que la trasera.
El nacimiento de la bicicleta moderna
Por fin, en 1885, aparece la Safety Bicycle (bicicleta de seguridad), inventada por John Kemp Starley. Tenía frenos, permitía una postura más natural y el ciclista estaba más cerca del suelo, por lo que las caídas no eran tan peligrosas. Después, se añadieron las ruedas con cámara de aire y la cadena de transmisión conectada a la rueda de atrás. Esta ya es conocida como la bicicleta moderna.
La bicicleta servía tanto para el campo como para la ciudad. Era un medio de transporte barato y accesible a cualquier persona. Y, además, se podía arreglar con unos pocos conocimientos de mecánica.
¿Dónde se utiliza más la bicicleta?
En Europa del norte es donde más bicicletas podemos encontrar por habitante. Países como Suiza, Alemania, los Países Bajos, algunas zonas de Polonia y los países escandinavos utilizan la bicicleta como medio prioritario. Y a pesar del frío y las malas condiciones meteorológicas, han sido siempre países defensores de este medio de transporte.
Así que, si estáis pensando en adquirir un nuevo medio de transporte, antes de mirar un coche o una motocicleta, quizá la mejor opción sea pensar en una bicicleta. No solo ayudaréis al planeta, sino que también estaréis mejorando vuestra forma física.