El parón veraniego de los más pequeños está a la vuelta de la esquina en la mayoría de los centros escolares. Un paréntesis ansiado para los estudiantes, pero en muchas ocasiones perturbador para los padres, ya que muchos se ven obligados a hacer encaje de bolillos para que sus hijos estén atendidos.
Por eso, en el post de esta semana hablaremos sobre cómo manejar esas once semanas de vacaciones y qué hacer con nuestros hijos para que tanto ellos como nosotros seamos capaces de pasar un verano tranquilo y ¡divertido!
Efectivamente, en primer lugar tenemos los campamentos de verano. Da igual si es un campamento relacionado con manualidades, con el tenis, el fútbol o samba brasileña. Lo cierto es que dos o tres semanas en un campamento de verano, pueden salvar más de un quebradero de cabeza y permitir que nuestros pequeños disfruten de sus hobbies o descubran nuevos.
En segundo lugar, tenemos a nuestros superhéroes, que no son otros que los abuelos. Y es que ¿quién no se divierte con los yayos? Esta solución, además de tener a los niños seguros y entretenidos las veinticuatro horas, es una oportunidad perfecta para que los abuelos pasen más tiempo con los nietos. Para los niños es también una forma de desarrollar más responsabilidades porque así ellos también aprenderán a cuidar y atender a los abuelos.
Pero no son las únicas soluciones que existen y es que la necesidad agudiza el ingenio. Por eso la segunda de las opciones que os proponemos es la de turnar las vacaciones. En este apartado ya no solo nos encontraremos el turno de vacaciones con la pareja, sino también con la red familiar. Y es que cada vez son más las familias que se turnan dejando así varias semanas a los niños con sus tíos y tías.
Otra de las opciones es la llamada “tribu”. Muchas veces el roce hace el cariño y las comunidades de vecinos acaban por convertirse en verdaderas familias o como nosotras lo llamamos “tribus”. Esta es sin duda una de las opciones más colaborativas, sobre todo si en la comunidad hay niños de distintas edades que puedan complementarse entre sí.
Por último tenemos la opción del cuidador profesional. Esta opción económicamente es la más costosa pero también se trata de la más cómoda. Se trata de contar con una persona para que en los momentos en los que nosotros estemos trabajando, cuide y atienda a nuestros hijos. En los últimos tiempos, se está poniendo también de moda contratar a personas que manejen otra lengua madre, de forma que, mientras cuidan a nuestros niños les enseñan también a hablar otros idiomas y costumbres. De esta forma no solo estarán entretenidos, sino que además estarán aprendiendo.
Seguro que además de todas estas opciones alguno de vosotros tenéis guardado un as en la manga, pero si no es así, esperemos que estas soluciones os hayan servido de ayuda y que el cuidado de los peques no suponga un problema en estas fechas.