Lo primero que diremos en este post es que hoy tenemos una diosa a la que rezarle y se llama Marie Kondo.
Ya sabes, separa y compartimenta. Separa y compartimenta. Separa y… ¡compartimenta!
Suficiente. Ya no hablaremos más de Marie Kondo hoy en este bello blog porque la protagonista esta vez no es ella sino tu maleta. Aunque lo de separar y compartimentar lo cierto es que viene bastante al hilo de los consejos que te daremos a partir de aquí.
Si en el mundo viajero hay un dogma que se respeta y no se cuestiona es que da igual si viajas en coche, en avión, en camión o en bicicleta y da igual si lo haces por un mes, un año o un fin de semana; haz tu maleta de la forma más compacta posible.
-Primer consejo y quizá el más importante.
Aunque hay viajes y viajes y formas y formas de ir de viaje, tiende a llevar contigo solo lo imprescindible. Ya lo apuntábamos antes, el objetivo es hacer una maleta lo más compacta posible y para ello, separar lo importante de lo prescindible es fundamental.
-Elige bien la maleta
Hoy en día tenemos maletas de todos los tamaños, para todos los destinos, distintos materiales, colores, ruedas, sin ruedas…
Y toda esta variedad se resume en un simple “depende”.
Antes de elegir maleta ten en cuenta estos factores: lugar al que vas a viajar, duración del viaje y transporte en el que harás el viaje.
Si hay aviones de por medio ya sabes que tendrás que ajustarte a lo que cada compañía te pida. En el resto de los casos simplemente utiliza la lógica y quédate con la maleta que más se ajuste a tus necesidades.
-Haz una lista.
Si tienes el destino, tienes el transporte y tienes la maleta, es el momento de poner el foco en la lista.
Un error muy común es abrir la maleta, abrir el armario y empezar a meter cosas a ojo: ¡error!
Empieza por el primer consejo y separa lo prescindible de lo imprescindible, apúntalo en la lista y… empieza a tachar.
-Momento Tetris: optimiza el espacio.
Utilizar eficientemente el espacio disponible de la maleta es el objetivo. Un truco es empezar a colocar la ropa de fuera hacia dentro y no de abajo hacia arriba.
Otro truco es servirte de la forma que tenga el calzado para rellenar los huecos que queden vacíos.
-Enrolla las camisetas y los pantalones.
Doblar la ropa está muy bien, pero enrollarla… ¡está mejor!
La ropa enrollada ocupa mucho menos espacio y esto sirve tanto para camisetas como para pantalones. Además, evitarás arrugas innecesarias. Esto es una doble victoria porque de esta manera, la plancha se queda en casa.
-Táctica muñeco Michelin.
Este punto va enfocado principalmente a personas que vayan a viajar en avión y tengan un espacio muy reducido para llevar ropa y para aquellos que vayan a viajar en invierno a países fríos.
El consejo es sencillo, toda la ropa que puedas llevar puesta es ropa que deja de ocupar espacio en la maleta.
-Y el broche final, consejo 10 de 10…
¡No hagas la maleta en el último momento!
Es tentador. Vivimos entre prisas, estrés, sin tiempo… Pero si quieres que el hecho de hacer la maleta no acabe contigo, hazla con tiempo.
Y ahora sí, maleta hecha y a disfrutar del camino.
¡Buen viaje!