Tai Chi: conecta cuerpo y mente

Desde el año 2002, el último sábado de cada mes de abril, la Organización Mundial de la Salud celebra junto a los seguidores de esta práctica, el Día Mundial del Tai Chi.

¿Conoces su origen, sus beneficios para la salud y cómo puedes empezar a practicarlo?

Hoy hablaremos de todo esto… y un poco más.

El origen exacto de esta práctica milenaria es desconocido, pero sus inicios se relacionan con el monje chino Bodhidharma.

Cuentan que este monje budista fue una de las primeras personas en practicar una forma primaria de Tai Chi, cuando en un viaje espiritual a la India se encontró con problemas importantes.

Poder superar aquellos problemas durante el viaje mediante la meditación y el movimiento físico en busca del equilibrio cuerpo-mente, debió ser el germen de lo que hoy conocemos como Tai Chi.

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Pero volvamos al presente.
El Tai Chi ha evolucionado mucho con el paso de los años. En la actualidad, esta práctica une físico y mente con una fusión de taoísmo, budismo y una serie de movimientos provenientes de distintas prácticas orientales.
Movimiento corporal, conciencia y concentración sobre nosotros mismos.

¿Su objetivo?

Canalizar la energía vital y mediante la meditación en movimiento conseguir su correcta circulación por el cuerpo.

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CINCO BENEFICIOS DEL TAI CHI

Practicar de forma regular Tai Chi genera una gran cantidad de beneficios para la salud.

Llegar a ese equilibrio entre el cuerpo y la mente alejándote durante un rato de tu alto ritmo de vida te permite entrar por un rato en una burbuja de paz y tranquilidad que en ocasiones es incluso más necesaria que recomendable.

  1. Calma tu estado mental. El ritmo lento pero fluido de los movimientos, sus posturas, esa manera de gestionar la respiración que la hace tranquila y pausada… Cada vez son más las personas que sufren estrés y ansiedad. El Tai Chi ayuda a gestionarlas y hace que te sientas mejor.
  2. ¡Más energía! Poder llegar a controlar el flujo de la energía que mueve nuestro cuerpo es clave para evitar y prevenir bloqueos tanto mentales como físicos.
  3. Cuida tus articulaciones. Las posturas ligeras y delicadas del Tai Chi cuidan y ejercitan de forma controlada las articulaciones. Evita esa sensación agarrotada y ayuda a prevenir enfermedades como la artritis.
  4. ¡Ágil como un gato! Hacer deporte de baja intensidad, moverte y estar activo siempre ayuda a que tus músculos no se atrofien.El hecho de practicar movimientos suaves, posturas concretas que trabajan todas las partes del cuerpo y dominar la respiración hará que todo tu cuerpo no caiga en un estado sedentario.
  5. Respira mejor, vive mejor. Las técnicas de respiración que se utilizan en el Tai Chi trabajan en la mejora de la capacidad pulmonar. Entra más oxígeno limpio, salen más gases residuales.

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Y un poco más…

6. Quizá este beneficio sea el menos concreto y a la vez el que mejor nos hace sentir. El Tai Chi además de todo lo que ya hemos mencionado, logra conseguir un estado de tranquilidad global en tu cuerpo y mente y hace que te conozcas mejor a ti mismo.

AHORA TE TOCA A TI: INICIATE EN EL TAI CHI.

El Tai Chi es un recorrido. Un camino. Y la única forma de aprender es practicando.

Hazte con ropa cómoda y empieza a disfrutar del “aquí y ahora”.

Lo más aconsejable es acudir a un centro en el que haya personas con conocimientos en Tai Chi que puedan guiarte. Sobre todo al principio.
Acudir el suficiente tiempo para coger los hábitos y los conocimientos básicos que te permitan empezar a controlar la respiración y conocer los movimientos más importantes.

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Empezar es relativamente fácil, el secreto está en la constancia.

La mente

El cerebro es un órgano que cambia con la edad y por lo tanto las funciones que podemos hacer con nuestra mente también varían. El deterioro mental es común, y es una de las consecuencias más temidas del envejecimiento. Pero el deterioro cognitivo no es inevitable, por eso creemos en llevar a cabo estos pequeños trucos que mantendrán nuestra mente en su mejor nivel.

En primer lugar, debemos buscar la estimulación mental. A través de la investigación con ratones y humanos, los científicos descubrieron que las actividades cerebrales estimulan nuevas conexiones entre las células nerviosas e incluso pueden ayudar al cerebro a generar nuevas células, desarrollar «plasticidad» neurológica y construir una reserva funcional que brinde protección contra la pérdida futura de células.

Cualquier actividad mentalmente estimulante debería ayudar a desarrollar nuestro cerebro y sus funciones. Leer, empezar algún curso que nos interese, realizar ejercicios de «gimnasia mental», como acertijos, sudokus o problemas matemáticos. También puedes experimentar con cosas que requieren destreza manual y esfuerzo mental, como dibujar, pintar y otras manualidades.

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Otra manera de mantenernos en nuestro mejor nivel es realizando ejercicio físico. Muchas investigaciones demuestran que usar tus músculos también ayuda a tu mente. Los animales que hacen ejercicio regularmente aumentan la cantidad de pequeños vasos sanguíneos que llevan sangre rica en oxígeno a la región del cerebro responsable del pensamiento. El ejercicio también estimula el desarrollo de nuevas células nerviosas y aumenta las conexiones entre las células cerebrales (sinapsis). Esto da como resultado cerebros que son más eficientes, plásticos y adaptables, lo que se traduce en un mejor rendimiento en animales que envejecen. El ejercicio también reduce la presión arterial, mejora los niveles de colesterol, ayuda al equilibrio del azúcar en la sangre y reduce el estrés mental, todo esto puede ayudar tanto al cerebro como al corazón.

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Mejorar tu dieta. Una buena nutrición puede ayudar tanto a tu mente como a tu cuerpo. Por ejemplo, las personas que comen una dieta de estilo mediterráneo con muchas frutas, verduras, pescado, nueces, aceites insaturados (aceite de oliva) y fuentes vegetales de proteínas tienen menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo y demencia.

Y eso lleva a mejorar tu presión arterial. La presión arterial alta en la mediana edad aumenta el riesgo de deterioro cognitivo en la vejez. Si cambias tu estilo de vida, mantienes tu presión arterial lo más baja posible. Come sano, haz ejercicio regularmente, limita tu alcohol a dos bebidas al día, reduzca el estrés y cuídate.

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Mejorar tu azúcar en la sangre es otro factor que influye en nuestra mente. La diabetes es un factor de riesgo importante para la demencia. Puedes ayudar a prevenir la diabetes al comer bien, hacer ejercicio regularmente y en su peso correcto. Pero si tu nivel de azúcar en la sangre se mantiene alto, necesitarás medicamentos para lograr un buen control.

Lo mismo ocurre con tu colesterol. Los altos niveles de colesterol LDL («malo») están asociados con un mayor riesgo de demencia. La dieta, el ejercicio, el control de peso y evitar el tabaco contribuirán en gran medida a mejorar tus niveles de colesterol.

Aunque últimamente se le está dando la importancia que merece, no siempre había sido así: cuida tus emociones.

Las personas ansiosas, deprimidas, con falta de sueño o agotadas tienden a obtener una puntuación baja en las pruebas de función cognitiva. Eso no predice un mayor riesgo de deterioro cognitivo en la vejez, pero una buena salud mental y un sueño reparador son importantes para mantener una mente sana.

Ya lo decían los romanos Mens sana in corpore sano. Esa es la combinación perfecta.

 

El control de cuerpo y mente

En nuestra sociedad, resulta imposible parar un segundo muchas veces. Respirar profundamente y ser conscientes de lo que tenemos a nuestro alrededor. De tomar una perspectiva diferente de lo que ocurre en nuestras vidas y ver las cosas de una manera distinta.

En el blog de esta semana venimos a hablar del yoga. Una práctica cada vez más instaurada en nuestro país y que consiste en eso precisamente, en parar, respirar, y relajar cuerpo y mente.

El yoga es una práctica que nació en Oriente, y tardó cientos de años en ser conocida en Europa. Una disciplina física y mental que se originó en la India. El yoga no es solo una disciplina física limitada a realizar ciertas posturas o ejercicios respiratorios. Tras la palabra yoga se encuentra una milenaria filosofía que hasta nuestros días demuestra su vigencia.

Los objetivos son el control de las alteraciones mentales, la reducción de los sufrimientos, el desarrollo de la espiritualidad y la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. Un estado mental que nos ayuda a encontrar nuestros límites, ampliar nuestras fronteras y relajarnos.

Historia del yoga en Occidente

No fue hasta los años 60 cuando Occidente descubrió el yoga. Mientras Maharishi Mahest popularizó esta práctica centrándose en la meditación, Swami Sivananda fue ganándose la fama de gurú con su sistema yóguico basado en cinco principios: La relajación, la respiración, los ejercicios, los pensamientos positivos y la meditación

Desde entonces, el yoga ha viajado en el espacio y en el tiempo hasta convertirse en un fenómeno mundialLas técnicas han evolucionado, pero los movimientos y los ideales originales se han mantenido a pesar de los años.

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Aquí os dejamos algunos datos importantes que debéis saber si practicáis yoga o estáis por empezar a hacerlo:

-La práctica de yoga se enfoca en el aquí y en el ahora, para ayudar a que la mente no divague en pensamientos del pasado o el futuro. Concentrado en una postura y en una respiración, lograrás por unos instantes llevar tu mente al momento presente y dejar de lado las preocupaciones.

Yogi es un hombre que practica yoga mientras que yogini es el sustantivo femenino.

-Namasté es una expresión de saludo originaria de la India y es lo que se acostumbra decir al terminar una clase de yoga. El significado se refiere a la divinidad dentro de uno mismo que se inclina ante la divinidad en otros.

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-Ayuda contra las enfermedades. Es indiscutible que su práctica es perfecta para todo el cuerpo. Investigadores analizaron a un grupo de 191 mujeres diagnosticadas de cáncer y el grupo que practicó yoga tres veces a la semana presentaron “menos fatiga tras la quimioterapia y un mejor estado de salud”.

No importa si lo habéis practicado alguna vez o si sois unos expertos en la materia. Nunca es tarde para empezar con el yoga. Lo importante es escuchar y controlar vuestro cuerpo.  Así que concentraos en vosotros mismos y en respetar a vuestro cuerpo y con el tiempo y la constancia, cada vez iréis dominando más y más posturas y por lo tanto, dominando vuestro cuerpo y mente.

 

Trucos para tener una mente brillante

Para una bruja como yo, que siempre estoy truco por aquí, hechizo por allá, es imprescindible que la cabeza funcione a las mil maravillas. Pero también entiendo que para una persona como tú, que entre la familia, el trabajo, la casa y los amigos estás siempre con cientos de cosas a la vez, esto también resulte imprescindible.

Por eso hoy te voy a contar los trucos que utilizo para que mi cabeza funcione a pleno rendimiento y no falle nunca cuando me concentro a la hora de hacer uno de mis conjuros. Ya verás como te vienen fenomenal.

Lee tanto como te sea posible.

La lectura es una de la formas más eficaces de entrenamiento mental que existen y es que su práctica pone en funcionamiento diversos procesos mentales como la percepción, la memoria y el razonamiento. Además, cuando leemos interpretamos letras, palabras y frases en imágenes mentales y así somos capaces de dotarles de un significado válido para nosotros. Por ello, mientras leemos, nuestra imaginación y creatividad florecen al tiempo que lo hace nuestro vocabulario. También debes de tener en cuenta que cuanto más ambiciosa sea tu lectura, mayor será el aprendizaje que recibas.

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Entrena tu memoria.

Cuando se trata de estimular nuestras capacidades cognitivas pocas cosas son tan útiles como ejercitar la memoria. Para ello existe una gran cantidad de ejercicios que consisten en retener información auditiva o visual o los crucigramas, los juegos matemáticos como el sudoku, los rompecabezas o el ajedrez.

Si decides poner en práctica este consejo, y para que no te desesperes ni frustres en tu primer intento, te recomiendo que comiences por ejercicios de nivel sencillo y, poco a poco, vayas aumentando el nivel de dificultad.

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Aprende un nuevo idioma.

El aprendizaje de un idioma es una de las actividades de entrenamiento mental que más áreas de la corteza cerebral implican en su práctica. Según diversos estudios, aprender un nuevo idioma puede ayudar a prevenir el alzheimer y, además, ha quedado demostrado que las personas bilingües tienen unas mayores capacidades de concentración y aprendizaje.

Quizá a estas alturas llegar a ser bilingüe resulte muy complicado, pero el simple hecho de esforzarse en aprender un idioma y de ponerlo en práctica, ayuda enormemente a generar reserva cognitiva. Una práctica sencilla es que, a partir de ahora, veas las películas y series en versión original con subtítulos en español.

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Descubre qué hay fuera de tu zona de confort.

Cuando decidimos cambiar nuestros hábitos y empezar a realizar nuevas actividades a las que nuestro cerebro no está acostumbrado contribuimos enormemente a estimularlo, especialmente si se trata de actividades que supongan un reto intelectual.

Como ejemplo se me ocurre que aprendas a tocar un instrumento musical, comiences a estudiar algo que te guste o, incluso, que conozcas gente nueva con inquietudes similares a las tuyas.

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Come saludable y practica deporte.

Llevar una dieta sana y practicar actividades deportivas ayudan considerablemente a mejorar la salud de tu cerebro. En el caso de la dieta, te recomiendo que comas alimentos ricos en proteínas y ácidos grasos omega 3. Así ayudarás a tu cerebro a estar “bien alimentado”. En cuanto a la práctica de deporte, ya sea aeróbico o cardiovascular, te sugiero que lo adaptes a tu condición física y que paulatinamente vayas aumentando la intensidad. De esta forma aportarás grandes beneficios a tu sistema cognitivo.

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Con estos trucos seguro que eres capaz de quitar esas pequeñas motitas de polvo que hay en tu cerebro y, sobre todo y más importante, de sacarle brillo.