La organización en la despensa

Nos gusta el orden, eso no es un secreto. Y la limpieza, por supuesto. Así que cuando las cosas en el hogar se desmadran un poco, sobre todo en la cocina con toda la familia para arriba y para abajo a veces toca aplicar una organización estricta. Así que hemos recogido 5 estrategias para organizar la cocina y la despensa.

Primero de todo, una buena capa de nuestro limpia superficies adaptado al material de tu cocina para que esté todo limpísimo y que huela bien, una de las grandes ventajas de usar nuestros productos.

¿Estás listo y lista para la cocina organizada de tus sueños? Buenas noticias: no es tan difícil como crees.

 

  1. Invierte en envases transparentes y en una etiquetadora.

Esta solución de almacenamiento es especialmente útil para artículos de contenedores a granel, como arroz, granos y nueces. Con envases transparentes cuidadosamente etiquetados, se acabaron los días de tener cuatro bolsas de quinoa abiertas a medias.

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  1. Analiza tu despensa semanalmente.

Mantener tu despensa organizada y en buen estado no tiene por qué ser una tarea enorme y que requiera mucho tiempo. Conviértelo en parte de tu rutina semanal de planificación de las comidas y tómate unos minutos para hacer un inventario rápido. Saber lo que tienes y lo que no es la mejor manera de asegurarte de que estás cocinando y comiendo lo que ya tienes, y evitar comprar lo mismo.

  1. Usa bandejas de hojas para agrupar

Las bandejas o cajas son especialmente buenos organizadores. No solo facilitan la agrupación de ingredientes similares, sino que también son una excelente manera de evitar cualquier derrame o fuga inadvertidos. Por ejemplo, usa una bandeja para las especias, otra para pastas y arroces, otra para salsas…

  1. Cuídala.

Tómate 10 minutos al día para mantener tu despensa limpia y ordenada. Algunas tareas diarias son solo unos minutos, como limpiar los estantes de la despensa, mantener las etiquetas de los paquetes hacia afuera y visibles, agrupar artículos similares y tirar artículos caducados, así siempre estará ordenada.

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  1. Haz uso de estanterías y separadores

Desde cajas y estanterías que ahorran espacio, los artículos domésticos pueden ser una forma inteligente de agregar aún más espacio de almacenamiento de la despensa. Si todo tiene un lugar o un soporte especial, será menos probable que lo estropees todo cuando busques algo que compraste hace semanas.

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Siguiendo estas pautas, y con una buena limpieza, podremos tener una despensa ordenada y limpia. Además, al revisar los elementos que hay en ella nos aseguramos de no tirar comida ni de comprar duplicado. Así, sí.

Fuente

Como hacer que tu casa no parezca un mercadillo

Encontrar un hogar no siempre es fácil: ubicación, condiciones, distribución de la casa… Pero cuando finalmente lo encuentras es importante crear en él el mejor espacio y eso implica saber deshacerse de cosas. No queremos ser Marie Kondo pero después de Black Friday y con la Navidad a la vuelta de la esquina es un buen momento para ponerse a hacer una limpieza de las cosas que hay por casa, para dejar espacio a nuevas incorporaciones.

 

Primero debemos pensar que el orden que hay en nuestra casa es un reflejo directo de nuestra conciencia y perspectiva sobre nuestro propio estilo de vida, así que lo que tenemos en casa es una elección de cómo deseamos vivir. Así que, pensando en quién somos lo podemos reflejar en nuestro hogar: minimalistas, detallistas, abstractos…

Es importante que reserves tiempo para este proceso y hacerlo de una sola vez, sin dejarlo a medias, ya que será clave para no tener que hacerlo en mucho tiempo.

 

El primer paso es ser conscientes del nivel de almacenamiento que tenemos disponible y cómo lo llenamos para evitar el efecto rebote. ¿Qué es el efecto rebote? Es lo que ocurre cuando estamos ordenando: lo que hacemos es almacenarlo todo en un armario, cajón o estantería y tarde o temprano se llenan y volvemos a tener el mismo problema, el caos. Nos encontramos con que nuestros espacios de almacenaje están llenos y no sabemos qué hacer.

 

 

Por eso, debemos empezar por la eliminación: vaciemos los espacios de almacenaje para ver de qué nos podemos deshacer, poniendo todo (sí, todo) en un mismo lugar para que veamos la magnitud de lo que tenemos almacenado. Es muy importante que seamos escrupulosos en este proceso y firmes: solo se quedará en casa lo imprescindible para vivir, lo demás deberá ser desechado.

Tu pregunta siempre debe ser: ¿lo necesito porque me hace feliz?

Empecemos por la ropa, coge cada prenda y pregúntate hasta qué punto te gusta, cuántas veces le has dado función en el último año y si te sigue apeteciendo usarla. Nada de quedarte con tallas más grandes “porque nunca se sabe” ni con tallas más pequeñas porque “igual bajo de peso”. Lo que no se usa, se deshecha.

A continuación, sacamos los libros, papeles y objetos varios de estanterías. Y hacemos lo mismo: ¿lo necesito porque me hace feliz? Solo quédate con los que la respuesta sea claramente: sí.

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Y finalmente, los objetos sentimentales. La misma pregunta, si te cuesta mucho decidirte date un período concreto de tiempo, con temporizador incluido si lo necesitas 10 segundos para responder a ¿lo necesito porque me hace feliz?

Así es como cualquier limpieza debería empezar y acabar.

Por último, siempre tenemos que pensar en no tirar lo que desechamos sino en donarlo porque puede haber personas que lo necesiten: la ropa, los libros, pequeños electrodomésticos que ya no queramos… Hacer una limpieza intensa es una buena forma de transformar nuestro espacio y provocar también un cambio en nosotros mismos.

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Trucos para mantener las cosas más ordenadas

Todos sabemos que hay pocas cosas que aporten tanta tranquilidad como abrir la puerta de casa después de un día intenso y largo de trabajo y encontrarte la casa limpia e impoluta, ordenada hasta su máximo esplendor. Ni el yoga aporta tanta tranquilidad. Pero también es verdad que todos sabemos que ese orden suele durar muy poco.

En primer lugar, hablaremos de consejos generales que aportan orden y limpieza. Lo primero es saber por dónde empezar, divide tu casa en zonas y céntrate en una. Cuando acabes, puedes pasar a la siguiente, pero nunca vayas de una zona a otra porque eso es ineficaz. Y lo segundo es tener muy claro que antes de ordenar, hay que limpiar, así que vamos a incluir nuestras recomendaciones de productos.

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Por ejemplo, empezamos por la habitación. El primer paso siempre es limpiar, para ello usaremos el multiusos de Las 3 Brujas, limpiando las estanterías, cajones, armarios, escritorios… Una vez esté limpio podemos empezar por ordenar el armario, acabar de doblar la ropa y ponerla en su sitio e intentar no tener muchas cosas por el escritorio para que no dé impresión de dejadez. Uno de los trucos más importantes es guardar las cosas en cuanto llegues a casa, nada de dejar el abrigo, el bolso o la cartera por ahí. Y mantener las superficies planas libres de objetos, como el escritorio del dormitorio o la mesa del comedor, para eso debemos tener un lugar para cada cosa y ponerlo todo en su lugar inmediatamente. En el dormitorio lo más importante es la cama, hay que hacerla todos los días, así como recoger antes de ir a dormir y antes de salir de casa. Para acabar, un limpiador de suelos acorde con el tipo de superficie que tengamos: madera concentrado, limpiahogar concentrado o limpiazul de Las 3 Brujas.

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En cuanto al cuarto de baño, empezamos por limpiarlo, para eso usaremos el limpiador de baño desinfectante de Las 3 Brujas. Después ordenaremos todos los productos que tenemos encima de los muebles, un truco es tener siempre donde guardarlos y no acumular productos. Además, se recomiendo limpiar la ducha, el inodoro y el lavabo del baño después de cada uso ya que así la limpieza dura mucho más. Y como siempre acabamos con un limpiador de suelos acorde con el tipo de superficie que tengamos: madera concentrado, limpiahogar concentrado o limpiazul de Las 3 Brujas.

Seguimos en la cocina, para limpiarla podemos usar el multiusos de Las 3 Brujas. Es importante tenerlo todo siempre recogido: mantener los fregaderos limpios y brillantes, recoger la mesa y los platos justo después de comer (nada de dejarlos en remojo) y aprovechar esos momentos de cocina para limpiar algo (barrer, fregar, quitar el polvo…). También debemos pensar que a menos almacenamiento, menos acumulación.

Y por último el salón, en el que también podemos usar el multiusos de Las 3 Brujas para quitar el polvo de estanterías y demás, recordemos que cuántas menos cosas tengamos, menos cosas hay que limpiar. La manta del sofá y los cojines ordenados, la mesa limpia de objetos y siempre intentemos recoger después de ensuciar.

Hay un pequeño truco que ayuda a que las personas se deshagan de cosas, se llama “la caja de un año”. Consiste en que si no estás seguro de querer tirar o no algo, mete en una caja todos esos objetos, séllala y guárdala durante un año. Si durante ese año no has tenido que abrir la caja, tírala sin abrirla. Seguramente no recordarás lo que hay en ella.

Orden y limpieza desde la Tierra del Sol Naciente

Seguramente el nombre Marie Kondo no le diga nada a muchos, mientras que otros aplaudan su sola mención. Esto es así porque Maria Kondo es una japonesa de apenas 30 años que ha revolucionado medio mundo con sus consejos sobre cómo reorganizar el hogar y deshacernos de todo aquello que no nos hace falta y dejar espacio a las cosas nuevas. Todo ello, en forma de libro superventas llamado ‘La Magia del Orden’ en el que Marie, a través de sus enseñanzas y consejos, nos dice cómo mejorar nuestras vidas a través de la paz que traen consigo el orden y la limpieza.

Y es que en el Imperio del Sol Naciente, este asunto va más allá de la mera cuestión higiénica y/o práctica para convertirse en toda una filosofía de vida que tiene que ver con cómo nos relacionamos con el medio que nos rodea, y cómo éste influye en nuestras vidas.

A limpiar se aprende estudiando

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En la mayoría de los colegios de Japón, los estudiantes de primaria y secundaria no solo tienen que barrer, trapear y servir la merienda como parte de su rutina escolar, también tienen que lavar los baños. Una tradición que dice que cada alumno no asiste a clase sólo para estudiar las distintas materias, sino que también necesita aprender acerca de los que significa cuidar de lo público, convirtiéndose así en un ciudadano más consciente. Tampoco existen cafeterías o comedores: los estudiantes comen en el mismo aula, se sirven los unos a los otros y se encargan de la limpieza posterior. Una vez terminada el aula, los alumnos se responsabilizan de limpiar el salón, los pasillos, las escaleras y los baños en un sistema rotativo coordinado por los profesores. Se puede decir, por tanto, que el concepto de limpieza en Japón comienza en el colegio y es, en la gran mayoría de los casos, para toda la vida.

La limpieza es cosa de todos

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Así como desde su más tierna infancia los japoneses aprenden a limpiar y ser organizados, dentro del entorno familiar, la limpieza es cosa de todos. Además de que el servicio doméstico tiene un precio tan elevado que sólo unos pocos pueden permitirse, el sentimiento de deber y obligación impregna a todo el núcleo familiar. Lo más interesante de esto es que aparte de las varias limpiezas diarias a las que están acostumbrados los japoneses, suelen realizar una limpieza al término de algún acontecimiento como una reunión familiar o una fiesta. Además, y como acontecimiento destacado en el calendario nipón, hay una limpieza a fondo llamada osoji (‘gran limpieza’) que se hace antes de que acabe el año con el objetivo de recibir el siguiente con la casa y el alma limpias y purificadas. En el osoji participa la familia al completo y siempre es motivo para celebrar.

Reflexionando acerca de la manera de hacer de los japoneses respecto a la limpieza, no estaría de más hacer más hincapié en la educación de nuestros hijos en la cultura de la limpieza y el respeto de cuanto nos rodea. Y para ello, el comienzo tiene que ser en nuestra casa. Con actitud positiva y productos adecuados conseguiremos amar la limpieza de la misma manera que lo hacen en Japón. ¡Sayonara!