Si os preguntasen por el protagonista indiscutible del comienzo del mes de agosto, muchos y muchas coincidiríais en señalar al mismo: el calor. Un asfixiante compañero de verano que es sobrellevado por muchos con el peregrinar, año tras año, a playas, piscinas y ríos de toda índole. Pero reconozcámoslo: la masificación de playas y piscinas públicas hace que muchas veces queramos desistir y casi prefiramos quedarnos en casa con el aire acondicionado a tope, un barreño de agua con hielos y el pulverizador bien cerca del sofá. Para todos aquellos que huyen de la masificación como del mismísimo diablo, hay una solución: las piscinas naturales. Baratas, enclavadas en zonas verdes y no muy alejadas de nuestras ciudades, es posiblemente la opción más refrescante a la hora de pegarnos un chapuzón y olvidarnos del calor.
Piscina natural de Las Presillas (Rascafría, Madrid)
En pleno centro de la península, Madrid puede presumir de muchas cosas, pero como cantaban The Refrescos en los 80, aquí no hay playa. Una de las mejores opciones para combatir el calor en plena temporada estival está a una hora escasa de la capital. Estamos hablando de la piscina natural de Las Presillas, en el serrano municipio de Rascafría. Como bien nos señala su nombre, Las Presillas es una serie de pequeñas presas que embalsa el agua del arroyo que baja desde las montañas de la Cuerda Larga, en parte de su deshielo, así que olvidaos del agua templada de las piscinas de la ciudad. Rodeada de montañas y praderas, no puedes dejar de visitar uno de los destinos más «fresquitos» de la capital.
Gorg Blau (Aniol d’Aguja, Tarragona)
Si preferimos el agua un poco más «fresquita», podemos decantarnos por hacer un viajecito a Sant Aniol d’Aguja, en Tarragona, y visitar el Gorg Blau, un salto de agua que acoge una refrescante piscina natural a sus pies. Sus cuasi heladas aguas se presentan ante nosotros con unos intensos tonos azulados que le dan nombre y que nos hacen olvidar al instante el valor que hay que tener para refrescarse en ellas. Este espectacular paisaje se encuentra en Aniol d’Aguja, un antiguo monasterio medieval benedictino en la comarca de la Garrotxa, en el actual término municipal de Montagut i Oix. Es además, un lugar muy frecuentado por amantes de la escalada, el barranquismo y senderismo. ¿Te atreves?
Las Chorreras (Cuenca, Castilla-La Mancha)
Quizá no lo sepas, pero en la provincia manchega de Cuenca tienes un espectáculo natural digno de visitar si vives cerca o te encuentras por la zona. Rápidos, gargantas, cascadas, hoces y unas pequeñas pozas o piscinas de aguas turquesas a lo largo de unos 300 metros en el trascurso del río Cabriel forman esta auténtica maravilla. También puedes hacer una ruta (que dura unas cuatro horas) para pararte a darte un estupendo chapuzón en una de las piscinas del río. ¡Coge la toalla y disfruta de la naturaleza!
Fuente del Gorgotón (Cieza, Murcia)
En esas jornadas de verano en los que el calor parece haberse convertido en amo y señor de nuestros días y las altas temperaturas nos parecen cosa de locos, el murciano río Segura se ofrece como una alternativa ideal para darse un refrescante chapuzón. Destaca La Fuente del Borbotón, una enorme bañera de aguas transparentes, templadas y tranquilas que contrastan con las turbulentas y turbias del Segura. El baño en la fuente es fresco y no hace falta usar calzado para meterse porque los fondos, pedregosos, no enturbian la poza. Un regalo estival que, seas de donde seas, no te puedes perder.